Tonight is ladies night... oh what a night! ♫ ~ {Piper & Sienna}

Al fin había llegado el día tan ansiado. La verdad es que las chicas y yo habíamos planeado esto por meses, puesto que la logística para armar nuestra pequeña fiesta privada era bastante complicada debido a las restricciones que hacen en el colegio... pero con mucha constancia, paciencia y algunos castigos, habíamos logrado conseguir lo necesario para aquella noche de chicas.

Era una suerte que nos tocara a las tres en la misma habitación. Habíamos sido seleccionadas las tres para la misma casa, era nuestro primer año y las tres éramos extranjeras, así que teníamos mucho en común (además de la limpieza de sangre, que era muy importante para mis amigas) y gracias a ello habíamos desarrollado una gran amistad, llamándonos a nosotras mismas "Las tres mosqueteras", porque siempre andábamos juntas de un lugar a otro... con algunas excepciones, claro está.

Esa noche yo había aprovechado para sacarles algo de comida a los elfos domésticos. Unos piqueos que vayan bien con todo el alcohol contrabandeado que teníamos en nuestra habitación y algunos dulces, solo porque sí, porque me dio la glotonería a última hora. Ya estaba todo listo, solo faltaba que Pips y Sienna llegaran para empezar a armar el alboroto y pasar una buena noche de chicas, con chismes, charlas, consejos y sobre todo con whiskey de fuego e hidromiel.

Mientras esperaba que llegaran mis amigas, aproveché para comer un par de trufas que había traído de las cocinas. -Ummmm... delicioso - murmuré luego de saborear esa delicia. Definitivamente estos elfos cocinan de las mil maravillas... sólo espero que cuando vengan a limpiar nuestro desastre no nos acusen con los maestros, porque el castigo va a ser ejemplar... aunque realmente creo que a ninguna de las tres nos importa.

Esperaba que mis dos mosqueteras llegaran pronto o acabaría por comer y beber todo yo sola y aparentemente Merlín no quería que perdiera mi escultural figura, puesto que Pips apareció en la habitación. El tono burlón con el que me preguntó si tenía hambre me hizo dejar la fuente de comida casi al instante. Sí, tenía hambre y debí esperarlas, pero ¡bah! había comida de sobra para todos en Slytherin así que tampoco era un pecado comer algo antes de empezar la fiesta... además siempre es bueno tener algo en la tripa cuando uno va a empezar con el alcohol.

Una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro cuando Pips sacó la botella de Vodka - Piensas en todo, Piper Dolohov... creo que te amo un poco - dije divertida. Por supuesto que íbamos a comprobar cuál de todas esas bebidas era la mejor, pero sobre todo íbamos a pasar un buen rato todas juntas, hablando de todo y de nada y simplemente celebrando aquella amistad que empezó cuando apenas éramos unas mocosas de 11 años que planeaban dominar la escuela... y aunque muchos no quisieran admitirlo, claro que lo habíamos hecho. Nos amaban y nos odiaban, pero todos en este maldito lugar debían admitir que no podían evitar estar pendientes de las tres sexy serpientes.

Estaba a punto de decirle a Pips que no tenía ni puta idea de dónde estaba Sienna, cuando ella apareció en la habitación, preguntando si habíamos explotado a los elfos para conseguir toda la comida - no, la verdad, tuve que decirles que no me den tanta comida, estaban encantados con la idea de la pijamada que se pusieron a cocinar como locos... tengo dos cestas de comida allá junto a mi mesa de noche - dije mientras recordaba la amabilidad de los elfos, aunque debían dejar de ser tan amables, porque me volvían loca con sus frases de agradecimiento y me rompían el corazón cuando tenía que rechazarles comida.

Reí cuando Sienna se ofreció a robar el licor de su hermano si nos faltaba - la verdad es que no creo que falte... yo traje tequila, es una bebida originaria de un país que se llama México, que está junto a Estados Unidos- expliqué por si acaso. Esa bebida era genial, aunque mezclada con todo lo que teníamos ahí, no esperaba que todo acabara bien. Pero bueno, la finalidad era divertirse y pasarla bien... los estragos los veríamos después.

Tras tomar el primer trago me sentí genial -otro más, Sienni, ¡por la amistad! - dije sonriendo. Amaba a esas dos chicas como si fueran parte de mi familia y porque siempre se unían a las locuras que se pasaban por mi cabeza. Tosí cuando Sienna preguntó quién confesaba algo... había mucho que confesar, pero para ello necesitaba unos cuantos tragos más como mínimo. - oh, vamos... faltan como tres rondas para empezar las confesiones - dije riendo... aunque ahora que lo pensaba, ellas sabrían bastante bien qué tenía que confesar, puesto que los rumores en el colegio son más rápidos que una snitch.