Explore my mind ~ D. Malfoy

Los magos y brujas tenemos muchas diferentes métodos para olvidar y para no hacerlo jamás. La memoria es frágil, corrompible, manipulable y poco confiable a veces. Por eso, es bueno mantener los recuerdos y los pensamientos embotellados. De esa manera se pueden volver a apreciar con lujo de detalle, ya sea por simple nostalgia o porque tienen alguna utilidad.

Recuerdo el momento exacto en el que me notificaron la muerte de Pansy. Estaba en mi oficina, revisando unos papeles, cuando mi secretaria entró con cara de asustada. Sus palabras me hicieron eco en la cabeza, o tal vez debería de decir que fueron sus gritos. “La señora Zabini y el señor Weasley han muerto.” Si he de decir la verdad, esperaba que el Weasley a enterrar fuese otro y no Ronald. Mi primer pensamiento no fue de tristeza, ni de temor, fue más bien de satisfacción. No más Pansy Parkinson apareciendo en mi oficina para hablarme de cosas sin sentido y no más Weasley que me jodiera en el Ministerio.

Supongo que sonreí sin querer y que mi sonrisa no era exactamente muy apropiada para la situación, pues mi secretaria retrocedió, como si le diera miedo verme. Lo sé, sólo alguien demasiado perturbado se alegría por la muerte de dos personas. Sólo alguien como yo, pensaría primero en los beneficios que esas muertes traerían y no en la posibilidad de que mi hijo o esposa hubiesen sido heridos en el ataque o en cómo se sentirían los que acababan de perder a sus seres queridos.

Admito que a veces no me entiendo a mí mismo.

Aunque las personas lo duden, soy un hombre que reconoce sus defectos. Sé que jamás he sido un buen padre para Scorpius o un buen esposo para Astoria. Les he descuidado por culpa del trabajo, y a ella en especial la he engañado demasiado veces como para esperar amor de su parte. Acepto que no tengo más ni menos de lo que me merezco y por ello jamás me he quejado.

Todo lo que tengo me lo he ganado, lo he buscado, tanto lo bueno como lo malo. Lo sé, lo entiendo y no me limito a la hora de buscar más. Ambiciono tener más poder y poder controlar lo que ocurre en el mundo mágico, por ello estoy dispuesto a hacer lo que sea. Sin embargo esto es diferente...

Desde lo ocurrido en aquel elevador, la señorita Stark no sale de mi cabeza. No recuerdo realmente cuando fue la última vez que deseé tanto el tener algo para mí solo, algo palpable y físico, no simplemente el abstracto ideal de mis ambiciones. Como niño caprichoso, siento la necesidad de tenerla, de poseerla, de que sea mía y de nadie más. ¿Es esto normal? Ninguna de mis amantes anteriores había ocupado tanto mis pensamientos... Lo peor del caso es que ella realmente no es mi amante. Lo de aquella noche fue casual, algo que posiblemente no se repetirá. Mentiroso. Quiero que se repita...

¿Cuántas personas lo saben? No muchas en realidad. No es algo que uno platique casualmente con los amigos o que surja en las conversaciones. ¿Por qué querría yo que lo supieran? Llevo años esforzándome por aparentar que todo está bien conmigo. Me convenzo a mí mismo que las pesadillas por las noches son consecuencia de una comida echada a perder y que las veces en las que me he despertado llorando o gritando son porque... ¿A quién quiero engañar? Sé que estoy mal.

No lo puedo evitar. Hay ciertas situaciones, muy especificas, especialmente en Malfoy Manor, que me hacen recordar cosas que prefería que jamás volvieran a cruzar por mi mente. Si pudiera lanzarme un desmemorizador, lo haría. A veces simplemente quisiera olvidar quién soy, quién fui y quién he sido. Quisiera empezar de cero, sin ataduras al infierno. Quisiera verme al espejo y no ver el monstruo que soy. Quisiera poder comer en el comedor de mi propia mansión sin sentir nauseas o ganas de vomitar por todas la veces en las que vi a una maldita serpiente devorarse un cadáver. Quisiera que el olor a quemado no me recordara la muerte de Vincent. Quisiera tantas jodidas cosas... Aunque más que otra cosa, quisiera que alguien me pudiera entender.

Daría mi fortuna entera y vendería el alma con tal de encontrar a alguien que realmente me entendiera, me aceptara y no me juzgara. Pero sé que es mucho pedir. Ni siquiera mi familia termina de entender las secuelas que la guerra dejó en mí. El horror que vi en el rostro de Astoria la primera vez que me desperté alterado a media noche... Bueno, supe que no tenía porque hacerla más miserable fingiendo que la quería y pasando las noches con ella.

Blaise a veces me pregunta que por qué bebo hasta perder el conocimiento y yo me limito a sonreír. Si ni mi esposa lo entiende, ¿por qué esperar que él lo haga? ¿Para qué humillarme explicando que soy incapaz de dormir bien en condiciones normales? No, no es necesario. Me llamarían alcohólico o loco. Es triste saber que ni siquiera puedo contar con mis amigos para sobrellevar este caos interior.

Por eso busco solucionarlo a mi manera. El whisky ayuda de vez en vez, la poción para dormir también es útil y en general, estar obsesionado con mi trabajo me ayuda a no pensar demasiado en los fantasmas. Soy quien soy porque no puedo ser de otra manera. Sé que soy un mal padre y un mal esposo, incluso tal vez una mala persona, pero siempre he hecho todo lo posible por dar lo mejor de mí y esto es lo mejor que puedo dar. No hay más. No hay menos. Estoy jodido. Lo acepto.

Ni siquiera entiendo mis propios pensamientos...